Ruta


Dios ha estado dando vueltas por aquí. Como concepto y como pensamiento. No ha sido ni percibido ni sentido. Solo pulula como un tema a conocer.

Y en eso estoy. Poco a poco tocando la tierra... tan esquiva que me ha sido en treinta años. Perdiendo el asco por lo concreto, reconciliándome con lo real, dándole espacio a lo que vendrá y a aquello en que no tengo ningún poder de decisión. Es agradable no conducir todo el tiempo.

Si conozco a Dios, quiero que sea mi piloto. Yo prefiero, por mientras, mirar el paisaje.

1 comentario:

Gabriela Velázquez dijo...

Mirando se aprende, pero hay que estar atentos, porque uno no sabe cuándo tendrá que ponerse al volante o dar indicaciones para llegar