Estancados, atascados. Persiste la sensación de no avanzar, el calor que hace heder... la sed y la revoltura de estómago.
La puerta del ascensor se estaba cerrando y Seb dijo: "¿Te imaginas esta cosa se queda parada?". Alcanzo a responder con un "no digai na'" y zás. Ahí estábamos. Luz apagada. Séptimo piso. Poca señal del celular. Conversamos sobre si saldríamos o no a la fuerza y la decisión fue que no. Así que nos sentamos en el suelo a conversar. Terminamos hablando de cuándo teníamos hora al dentista y haciendónos fotos aprovechando que una leve luz de emergencia se dignó a pestañear.
Para nosotros fueron diez minutos. Para los que estaban afuera desesperados tratando de sacarnos, más de veinte. Cuando uno mira como testigo parece que todo fuera más lento. Y no. Claramente, no.