Séptimo piso






Estancados, atascados. Persiste la sensación de no avanzar, el calor que hace heder... la sed y la revoltura de estómago.



La puerta del ascensor se estaba cerrando y Seb dijo: "¿Te imaginas esta cosa se queda parada?". Alcanzo a responder con un "no digai na'" y zás. Ahí estábamos. Luz apagada. Séptimo piso. Poca señal del celular. Conversamos sobre si saldríamos o no a la fuerza y la decisión fue que no. Así que nos sentamos en el suelo a conversar. Terminamos hablando de cuándo teníamos hora al dentista y haciendónos fotos aprovechando que una leve luz de emergencia se dignó a pestañear.



Para nosotros fueron diez minutos. Para los que estaban afuera desesperados tratando de sacarnos, más de veinte. Cuando uno mira como testigo parece que todo fuera más lento. Y no. Claramente, no.

Volver



Una palabra de Seb ayer en la noche y un comentario de minegri en el último post me hicieron reaccionar. Tengo que volver. Me perdí durante un mes y no fue por trabajo. Simplemente se me empantanó la cabeza. Pero uno mismo tiene que recuperar las fuerzas y limpiarse el barro lo mejor posible aunque queden algunas huellas dispersas sobre la piel. El tiempo ya las irá borrando.
En una obra de teatro que me invitó a ver mi hermana hace unos 13 años que se llamaba El chorro de sangre, uno de los protagonistas decía: "Volveré a ser lo que fui y dejaré de ser lo que era". ¿Se podrá? Es la prueba que me ha deparado todo este año. Y como ya se está acabando puedo decir que con la sola decisión de escribir otra vez, lo estoy logrando.