Se cierra la función

Hoy me cae mal mucha gente. Siento que son mosquitos que pululan y no me dejan dormir tranquila, me obligan a respirar por la boca y me retuercen la mandíbula. Estoy cansada. Y he descubierto que ya no me interesan los que provocan estos efectos dolorosos.
¿Los hechos? Sólo puedo decir que son suficientes como para dar fin a mi acto de piedad hacia ellos, para que las prioridades se impongan, para dejarme reposar tranquila en los brazos de quienes más me acogen como Seb sin dejar que se interpongan funestas angustias.
He terminado el ciclo de que me pasen por encima. He aprendido que puedo decir que no sin sentirme irresponsable.
Haciéndole caso a mi bien amado, a mis padres y a mi gato, se cierra la función. No soy parche ni comodín: soy yo.

1 comentario:

Gabriela Velázquez dijo...

Wow, este síndrome de mirarse al espejo está funcionando en muchos lados.

¡Qué buenooooooo!

Te quiero MUCHO. MUCHO.